jueves, 21 de abril de 2011

UN DIOS LLAMADO FUTURO



Conozco a alguien que todo lo sabe,
es quien que nos lleva a soplos
como el niño a su molinillo.
Es la línea que confirma
al igual que engaña o desengaña
eso que llega sin esperar;
el mismo que castiga a las personas impacientes
a mover su minutero sin rechistar.
Es la alfombra que recoge los pasos errantes,
quien llama a la carcoma que devorará                                                                nuestros huesos.


Es un ser caprichoso que, según su antojo,
moldeará las facciones de tu cara.
Es el ser más siniestro que conozco:
nos roba lo que más queremos
y sabe como ilusionarnos de nuevo.


Conozco al único ser eterno,
el que pare y mata dioses,
aquel que te envuelve de olvido
o engüera tus recuerdos.
Un continuo punto de partida
que resbala gratitud y maldiciones.


Sé que es quien me despertará mañana
disfrazado de presente
como el niño infinito que juega sin regla                                                                          alguna.


Conozco a quien tiene la única voz
que define lo duradero y lo efímero,
alguien que tropieza en el pasado
del que se ríe como un joven inexperto.


Arriba y abajo, ahora y después
nos espera el futuro. 




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