¡Gaza, qué mala rima
tienes!
Duelen tus cuatro letras,
saben a sangre y hielan el
corazón.
Gaza, ¿por qué demuestras
así
la inexistencia de los
dioses?
Gaza, haz que la fuerza
en el significado de tu
nombre
cree un escudo para
proteger a tus seres.
Deja de enseñar la muerte
a tus niños, Gaza;
recuérdales los cuentos y
los juegos.
Calla las bocas podridas,
Gaza;
cura las mentes enfermas,
evita sus balas, bombas y
planes contigo.
No te conviertas en otro Oeste
yanqui
ni permitas un nuevo
tropiezo de la historia.
¡Gaza, obliga a abrir los
ojos!
Enseña a gritar la palabra
humanidad
y aparecerán sus rimas y
efectos.
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