domingo, 20 de septiembre de 2020

Él






Foto: Lena Serditova



Lo conocí en la escuela, rodeado de insultos. Un impulso inesperado me ayudó a defenderle y gané un amigo atípico. Con el tiempo, mientras la gente lo juzgaba por su físico, yo lo apreciaba cada vez más a base de compartir momentos. 


 Crecimos y, tras un fracaso amoroso, descubrí su capacidad para escucharme, como si fuera una parte de mí. Ahí supe que él era capaz de fabricar el suelo que necesito para saltar de felicidad. Desde entonces mantenemos nuestro propio mundo, alimentado cada día con esa esencia llamada amor, todavía invisible a los ojos de los seres insensibles.





4 comentarios:

  1. Qué bonito Antonio ya te comenté algo en el face, pero a mí me gusta comentarte en tu blog, qué bonito demasiado que creciste cómo dices en tu relato gracias,nos haces pasar unos momentos muy buenos, tú sí que tienes ese encanto esa capacidad para hacer todo lo que te propones, a veces pienso y digo conozco Antonio,jaja cada día me sorprendes más un fuerte abrazo.

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  2. Escribir una historia a partir de una fotografía es retrotraernos a aquellos años en los que en la escuela derrochábamos inventiva. Y a la vez consigues expresar que el amor no es solo físico, sin que nos demos cuenta va creciendo a nuestro lado y al final lo que prevalece es el sabernos escuchados, queridos por lo que somos no por apariencias, una lección magistral. Gracias Antonio.

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