lunes, 26 de febrero de 2018
domingo, 4 de febrero de 2018
El viaje del potro descalzo
Fuera
la niebla limpia las horas,
se
acicalan para recibir otro invierno.
Yo
hago de las sábanas raíles,
huye
mi nariz del amargo olor a vida
y
me descubro como un potro descalzo.
Corro
entre caballos y yeguas de ojos celestes,
siento
al rocío tomar vida entre mis patas.
¡Salpica!
Cada
paso implica un nuevo sonido
en
el fruto del amor entre tierra y luz.
Escucho
palabras bellas que se han de inventar,
vienen
aires de esperanza a peinar nuestras crines
y
yo corro, corro, vuelo como el pájaro en llamas.
De
mi trote nacen raíces, llamadlas recuerdos.
Las
cuestas hacen presencia para frenar nubarrones,
alimentan
al arroyo sus lágrimas
y
sonríen al ver beber a la manada.
Alzo
la mirada por encima del tiempo,
veo
senderos por doquier.
Cada
paisaje quiere calzarme,
hacerme
familia suya, de corazón.
Diluidas
en cada momento
mis
patas son estrellas fugaces,
tantos
ciclos en cuatro estaciones
hacen
olvidar la materia de mi figura.
Este
potro perdido abre los ojos.
No
soy yo. Eres tú, padre. Has cruzado el lodazal
y la palabra cáncer es sólo un mal recuerdo.
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