Esos afluentes de lágrimas terminarán siendo nubes. Pasarán de ser lamentos a devolvernos la dicha por mojarnos de nuevo con la lluvia. Esos pequeños reencuentros como meter el pie en un charco, observar los regueros del agua, mojar la mano con las primeras gotas...todos esos detalles volverán porque la vida es cíclica y no hay que pensar en un futuro incierto sino en un presente prometedor. Un abrazo.
Esos afluentes de lágrimas terminarán siendo nubes. Pasarán de ser lamentos a devolvernos la dicha por mojarnos de nuevo con la lluvia. Esos pequeños reencuentros como meter el pie en un charco, observar los regueros del agua, mojar la mano con las primeras gotas...todos esos detalles volverán porque la vida es cíclica y no hay que pensar en un futuro incierto sino en un presente prometedor. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reflexión, una de las mejores sensaciones en la vida es caminar bajo esas nubes. Un fuerte abrazo.
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