A J.M.S. y MR.P.S.
Se arrugó la piel con que te amaba,
guardando surcos de tu cuerpo ya marchito
con el que se esfumaron mis ganas de vivir
para ser tu recuerdo compartido,
y poder revivir en la nada
desde el día en que te conocí
hasta que te fuiste,
y así hasta la eternidad.
Quiero amarte de forma etérea,
con más fuerza
de la que lo hicieron nuestros cuerpos,
dos monigotes del siglo XX,
en la atmósfera de la felicidad.
Y así hasta la eternidad.