Emerge otro septiembre como gota de agua
fría en el grifo de las horas.
Siento el vértigo del cimiento, un leve seísmo
nace en mi cabeza y se desplaza al resto del cuerpo.
Así me preparo para recibir nuevos nombres,
acompañarán a tantos otros por encima de las listas.
Nunca serán escombros en la memoria,
pues constituyen paredes de piedra pulida
por los momentos fluidos.
El vértigo del cimiento me abre como a un campo
para albergar otros seres a quienes ofreceré,
de forma ceremoniosa, algo más que mi tiempo.
Tendrás la suerte de quien es elogiado por su buen hacer, la gratitud de los jóvenes que te tendrán de maestro, las palabras se ciernen a tu alrededor para ser moldeadas en versos.
ResponderEliminarQué tengas un buen comienzo de curso, un saludo
Muchas gracias, un abrazo.
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