Lo
habían preparado desde que supieron la noticia. El plan era infalible y Sor
Trineo una experta de la velocidad. Tras el último rezo de la tarde se
perdieron entre el incienso, más tupido que de costumbre, y llegaron al patio
trasero del convento de clausura. Cuando se deslizaron sobre la nieve, la madre
superiora debería estar dormida como un tronco.
La
libertad tomó forma de invierno. Sor Prendente tuvo miedo, pero le pudo la
fuerza de volver a sentirse joven. Nada ni nadie les iba a impedir ver a
Raphael en concierto.
El humor siempre debe estar presente en nuestras vidas, para salir adelante, en trineo, dejándonos sorprender por lo inhabitual del momento. Quede la nieve con sus consecuencias, con su magnitud, con los contratiempos ocasionados. Será, como tantas otras cosas, largamente recordada. Gracias.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Que se quede el humor como síntoma de fortaleza. Un abrazo
EliminarJajaja qué bueno eres único Antonio,de cualquier cosa le sacas punta, cuando lo vi en el Facebook me hizo mucha gracia, y claro que sí también viene bien un poquito de humor.
ResponderEliminarMuchas gracias, Franci. Un fuerte abrazo
EliminarUn microrelato excelente. Atrapas la atención del lector desde el principio. Muy bueno lo de Sor Prendente y lo de la libertad tomó
ResponderEliminarforma de invierno. El final divertido. Enhorabuena. Agustín Blanco
Un microrelato excelente. Atrapas la atención del lector desde el principio. Muy bueno lo de Sor Prendente y lo de la libertad tomó
ResponderEliminarforma de invierno. El final divertido. Enhorabuena. Agustín Blanco
Muchas gracias, Agustín. Saludos
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