A LaPatry Cruz
Tigres saltan en tus manos,
son acariciados en el acuario
donde juegan niños chicos
tras ser amamantados con ahínco
por una mujer barbuda harta de abandonos.
Miras hacia dentro con colores en tus palabras,
nanas en las mejillas y el aire de siempre que calienta
sea cual sea el invierno donde se vista el cielo.
Ahora que todos los pájaros de tu cabeza
han anidado en mis oídos
quiero verlos cantar el himno
de la marinera que alza el ancla.