A Mary.
Llevas
impregnado en la frente
el
aroma de la tierra que te vio nacer,
das
vida a tu pelo con el aire que te roza
y
tus andares regocijantes son sombras chinas.
Eres
dolor de cabeza y analgésico a la vez,
la
fresca palabra del norte con olor a hierba,
a
raíz de madreselva humedecida por la lluvia
cuando
salpica la ventana de tus vivos ojos.
Tus
uñas pintadas de coraje sostienen como nadie
el
humo de tu último cigarro camino del cenicero
donde
anida el ave fénix al que das de comer
sin
que él te lo pida, te basta con mirarlo.
Te
bebes la distancia en una copa de anís,
tienes
razón sin palanca de cambios
y
las alas para hacer un vuelo repentino
en
la última brisa del verano más caliente.
Estrá muy contenta Mary con esta poesía tan bonita. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Hostal mi Loli! Le ha gustado. Saludos.
ResponderEliminarEcos telúricos en estos versos.
ResponderEliminarSalud y paz.