Habla, separa tus labios rotos
por las manos del mal llamado amor.
Bebe libertad y déjate guiar
por las alas de la valentía,
no aguantes lo que carece de nombre
ni te pongas el disfraz de poca cosa.
Eres descendiente de Gea,
una Afrodita con moratones
vestida con gasas de dolor inhumano.
Grita, deja de ser una gacela
en las garras del desgraciado tigre
y sé la leona que más ruge,
Mira hacia el cielo y más arriba aún,
aunque tengas que salir de ti misma.
Devuelve a tus ojos su brillo
y te desearán constelaciones enteras.
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