Háblame de hogueras a media noche,
de los pasos de aquella encantada
con peine de plata y cabello al viento
que escapa de algún lugar la noche de San Juan.
Vísteme de sombras al calor de tu nombre
y hagamos como si todo lo que nos queda por vivir
es ya un recuerdo guardado bajo llave
esta noche de influjo y deseos.
Escúchame entre la ráfaga que agita los árboles,
vamos a convertirnos en llama intensa
antes de ser la ceniza de una noche de San Juan.
Pues a dejar en el agua todo, menos nuestras llamas. :) Besos.
ResponderEliminarA veces con tal de sentir las llamas es inevitable ser ceniza. Besos!
ResponderEliminar