lunes, 5 de diciembre de 2016

Tránsito




Al correr el agua por el alquitrán
ignora al empedrado pisado antaño.
La fuerza empujada por patas y pies de barro
limpiaba su cansancio en los charcos,
después se adentraban en portales abiertos
de par en par a manos de la buena fe.


Las calles han aprendido otro idioma,
se olvidaron de enseñar juegos a los niños
y el pilla-pilla se extingue con la ingenuidad
frente a cualquier pantalla de plasma.


Los cerrojos se adaptan a las mentalidades,
las manos que cada tantas horas los empujan
se hacen con el mundo desde el móvil
y emulan a la lengua extendida por las aceras
cuando acogía palabras con distintas intenciones.


Los vecinos de antes han sido arrojados
por un cubilete en el mapamundi,
ponen tiritas al alma mientras suenan sus tripas.
Es entonces cuando retumban sin saberlo:
Cada cielo guarda un trueno, el suelo sólo abre la boca.








4 comentarios:

  1. Creo entender en tu poema ese toque de atención que se le hace al mundo actual, ése que comunica bien poco, donde no solo se pierden las palabras, también los gestos, las miradas, donde no se sabe de saludos, de tertulias, de compañía. Un mundo que aparta lo pasado, que vive el día a día como si fuese el último. Y ese tránsito es el único puente por el que podemos pasar a diario, solo que algunos preferimos dar un rodeo.
    En el ejercicio de interpretaciones que me impongo, con todo gusto, en cada una de tus poesías, puede que acierte o no, pero lo que sí tengo claro es que siempre me dicen mucho.
    Como siempre un poema precioso. Un saludo.

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    1. Has entendido bien, intenté ponerme un espejo en las manos y salió ese reflejo. Machas gracias por tus palabras. Un abrazo.

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  2. Enhorabuena porque me ha gustado mucho el post y muchos poemas son geniales pero este es el que más me gustó, sigue así Antonio

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